Lluita contra el rètols, els anuncis i també els papers

La implantació social de la llengua catalana era considerada un perill per al nou règim atesa la gran dedicació que varen posar per exterminar-la. El governador civil de Tarragona, Mateo Torres Bestard, el dia 18 d’abril del 1939 va publicar al «Boletín Oficial de la Provincia de Tarragona» la circular següent: «Declarado único idioma oficial el castellano, es natural, dando con ello sentido de unidad, que todo rótulo, letrero, cartel, etc., que esté expuesto al público sea redactado en el idioma oficial.

»Teniendo en cuenta las anteriores consideraciones los Sres. Alcaldes procederán desde el momento de la publicación de la presente Circular a suprimir todo rótulo o letrero de calles, establecimientos que de ellos dependan o prevenciones que subsistan y que no estén redactados en castellano sustituyéndoles por los correspondientes a este idioma.»

Eliseo Álvarez Arenas, a través de la Secretaría Política, el dia 23 de juny de 1939 feia publicar al «Boletín Oficial de la Provincia de Barcelona» aquesta circular: «El Ayuntamiento de Barcelona tomó el plausible acuerdo, en un todo conforme con el espíritu del Movimiento Nacional, de dar un plazo que termina el día 31 de Julio próximo, para que los industriales y comerciantes redacten en el idioma oficial los nombres y reclamos de sus establecimientos, transcurrido cuyo plazo será exigible el cumplimiento de la mencionada obligación sin perjuicio de las sanciones gubernativas a que haya lugar

Acabat el règim especial d’ocupació militar a Barcelona, des de Madrid varen designar Wenceslao González Oliveros(1) governador civil de la província. En iniciar les seves activitats el dia 1 d’agost de 1939, hauria estat coherent que també s’hagués acabat la persecució sistemàtica contra l’idioma català que s’havia dut a terme sota el règim d’ocupació militar, però no fou pas així. L’arbitrari encalçament dels ciutadans per raó de la llengua no solament no es va atenuar, ans al contrari es va refermar amb comentaris i ordres des de la premsa en què s’insistia en la prohibició de la llengua
catalana a tot arreu i s’exigia que tothom havia de parlar com el Caudillo Franco ja que «ha impuesto su Victoria».

Queda clar, doncs, que aquest governador civil no va pas mitigar la persecució lingüística, sinó que va martellejar fortament amb tots els ressorts opressius. El paradigma de la seva actuació és una circular que va signar el 4 de setembre de 1939 per la qual no solament es ficava amb els rètols i els anuncis, sinó també amb tot l’àmbit privat. El perímetre que volia agafar la persecució era immens: no tan sols hom volia treure els cartells en català de les façanes i els anuncis comercials, sinó que anava a tota mena de paper, escrit, document, factura, albarà, etc. I aquesta prohibició volia
incidir també en qualsevol persona individual o jurídica del sector públic i també del privat. Entitats, associacions, fundacions, etc., de qualsevol mena estaven sota una persecució que atemptava contra els principis més elementals del Dret Natural.

Heus ací la circular que el governador féu publicar diverses vegades al «Boletín Oficial de la Provincia de Barcelona»: «No obstante las exhortaciones y facilidades publicadas por el excelentísimo Ayuntamiento de esta capital para que desapareciesen de los edificios públicos y privados, así como de las entidades que de cualquier modo se relacionan con el público, toda especie de inscripciones no redactadas en el idioma nacional, y a pesar de la conminación de sanciones que oportunamente se hizo conocer, es patente que restan aún visibles excepciones concebibles más bien como efecto de negligencia, que de absurda rebeldía.

»Pero, como dicha orden ha de ser cumplimentada, y Barcelona y su provincia han de ofrecer a sus residentes y visitantes nacionales y extranjeros el aspecto de una tierra tan íntegramente española como lo fue en los tiempos de su más gloriosa tradición, en que los Monarcas, Inmortales fundadores del Imperio Español, se complacían en residir en esta urbe como en su propia sede, he dispuesto conceder un plazo que terminará el día 15 del corriente mes de setiembre para que desaparezcan los restos que queden de inscripciones rojo-separatistas y sean sustituidas por textos correctamente redactados en el idioma nacional, los que todavía aparezcan en cualquier otra lengua, en fachadas, muestras comerciales, documentación utilizada en la relación con el público, inscripciones y rótulos, así como toda clase de escritos, anuncios y documentos de entidades públicas y privadas, asociaciones y fundaciones de cualquier especie y, desde luego, los que pertenezcan a servicios públicos sin excepción, así en la capital como en la provincia.

»Queda autorizado el uso de anagramas en que se abrieve la denominación de sociedades autorizadas legalmente, así como nombres comerciales autorizados, y denominaciones de marcas registradas, según la legislación nacional y la internacional; pero en este caso no se permitirá el uso escueto y aislado del anagrama, nombre o marca, sino que deberán ir acompañados de algunas palabras explicativas precisamente en el idioma nacional. No se permitirá tapar simplemente los rótulos o inscripciones no redactadas en dicho idioma, ni se aceptarán efugios ni excusas de ninguna
clase. Las entidades que demostrasen, con documentación, haber intentado oportuna aunque infructuosamente, por escasez de papel, la sustitución de sus documentos y papeles impresos no redactados en el idioma nacional, podrán imprimir el reverso o páginas libres, cruzando el texto no español con la frase “¡Arriba España!”, que se imprimirá en tinta roja y gruesos caracteres sin perjuicio de sustituir con toda urgencia tales impresos.

»A partir del día 16 inclusive, los contraventores de esta orden pagarán de 100 a 1.000 Ptas. diarias, según su posición económica, participando en un 25 por 100 del importe de las multas en firme, los denunciantes de casos justificados, quienes deberán dirigirse a la Jefatura Superior de Policía y puestos de la Guardia Civil y provincia, respectivamente, así como al Gobierno Civil.

»Barcelona, 4 de septiembre de 1939. Año de la Victoria. El Gobernador Civil. Wenceslao González Oliveros.»(2)

El governador va donar un termini fins al dia 15 de setembre per a depurar la llengua catalana. L’opressió no era pas angèlica, sinó que els qui volien ser fidels a Catalunya podien ser castigats amb greus penyores monetàries: en pessetes constants de novembre de 1983, hom pot calcular que la pena pecuniària podia anar de 6.536 a 65.630 pessetes cada dia. És de notar també la utilització de camins menyspreables com ara el de la delació per a aconseguir l’eliminació de la llengua catalana: la recompensa que cobraven els denunciants era el 25 per cent de les multes imposades. És ben evident que el govern de Madrid va caure molt baix.

El mes de desembre de 1939 el governador civil de Girona, Paulino Coll, també va publicar una circular sobre l’idioma oficial en la qual manava, sota la pena de sancions, la retirada de rètols no escrits en castellà fent-hi servir «palabras castizas» en substitució. Heus-en aci el text íntegre: «Siendo absolutamente necesario que el sentimiento nacional y españolista se mani¬fieste públicamente sin vacilaciones de género alguno y de modo especialísimo en el espíritu y actos de todos los ciudadanos, estimando adecuada la propuesta cogida con expresivo beneplácito por la Real Academia Española de desterrar de los rótulos de hoteles, cafés, bares, y demás establecimientos públicos los extranjerismos innecesarios, el Gobernador Civil que suscribe, cumplimentando las Ordenes recibidas de la superioridad, y a fin de lograr que en todo el ámbito Nacional sean sustituidos por palabras castizas todos los vocablos exóticos que pretenden introducirse en el uso corriente de nuestro rico idioma, ordena a los Sres. Alcaldes y demás Autoridades dependientes de la mía cumplan y hagan cumplir lo enunciado en la presente Circular, haciendo saber al vecindario de sus respectivas localidades, por el medio corriente de uso en cada una, sean retirados de la vista del público, todos cuantos letreros no estén relacionados en el idioma oficial, previniendo que serán severamente sancionadas las infracciones en tal sentido, y haciendo directamente responsables a dichas Autoridades por su negligencia o resistencia en el cumplimiento de esta Orden.

»Gerona, 1 diciembre de 1939. Año de la Victoria. El Gobernador Civil. Paulino Coll.»

Els diferents governadors civils, com era de pensar, varen imposar a ciutadans catalans sengles penyores amb l’excusa que tenien les factures, els rètols, els tiquets, els bitllets d’autobús, etc., i fins i tot les participacions de la rifa de Nadal, en català.


(1) Wenceslao González Oliveros havia nascut a Toro (Zamora) i treballá com a periodista a Valladolid. Més tard havia fet de professor de Dret Natural i Filosofia del Dret a la Universitat de Madrid. Amb el règim franquista també l’havien nomenat president del Tribunal de Responsabilidades Políticas, el qual, amb una actuació sense escrúpols que no tenia res a veure amb el Dret Natural, imposava unes penes amplíssimes, tant en la privació de la llibertat com en la confiscació de béns, a qualsevol ciutadà que tingués unes simples opinions polítiques, ideològiques. o filosòfiques que es consideressin contràries a les del «Nuevo Estado».
(2) BOP Barcelona, 6-IX-1939.

Extret de: LA PERSECUCIÓ POLÍTICA DE LA LLENGUA CATALANA. Francesc Ferrer i Gironès, Edicions 62, pàg. 181 a 184